La educación es un fenómeno social que interviene en todas las etapas y dimensiones de la vida humana a través de una gran cantidad de agentes, de diferentes formas y con diversas implicaciones. No constituye un fenómeno aislado sino que se inscribe, determina y actúa en un marco social, económico, cultural, político, productivo, y tecnológico concreto.
Desafortunadamente existen diverso problemas en la educación que la estan afectando, en México es el rezago educativo es uno de los principales problemas de la educación. .Definirlo, no es tarea sencilla. En términos generales podríamos definir el rezago educativo, como el retraso en la adquisición de conocimientos y destrezas; incluso para delimitarlo podríamos hablar de aquellas personas que con 15 años o más no han finalizado los estudios de primaria, secundaria o bachillerato ( Roger Díaz de Cossío, 2005) .
En México desde 1991, se estableció que para obtener el nivel educativo adecuado era necesario cursar nueve años de educación básica, ya que en estos nueve años la persona adquiere las habilidades necesarias que le permiten desenvolverse adecuadamente en la sociedad. Por lo cuál y teniendo en cuenta la definición que hemos aceptado de Rezago Educativo, hablaríamos que aquellas personas que no han cursado los nueve años del sistema educativo se encuentran en situación de rezago educativo.
El tema del Rezago Educativo es de gran importancia para México debido que según el censo de población 2000, el 52% de la población de 15 años o más está en situación de rezago educativo ( INEGI: Censo General de Población, 2001) . Esto significa que el 52% de la población de 15 años o más, no cuenta con los nueve años de educación requeridos, para alcanzar un nivel de educación "optima". Hablamos de rezago extremo, cuando se trata de personas de 15 años o más que no saben leer ni escribir (Suárez, 2001), en este caso hablamos de que este tipo de rezago alcanza un 9.5% de la población mexicana (INEGI 2001). Este grupo, al tener unas necesidades específicas, es importante clasificarlo de manera aislada, de tal manera, que orienten las acciones específicas, debido a que se trata de una situación que requiere medidas especializadas.
Aproximadamente 30 millones de personas mayores de 15 años en rezago educativo, de las cuales seis millones son analfabetas, afirmó el director general del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), Ramón de la Peña Manrique, dijo: que la población que ocupa mayor de rezago es de los ocho millones de jóvenes que viven en zonas rurales que existen en México, y que representan el 24 por ciento de la población juvenil, 48 por ciento son hombres y 52 por ciento mujeres, este estudio revela que el 48.8 por ciento de los jóvenes rurales tiene la primaria, en tanto que un 37.1 por ciento terminó la secundaria, sólo un 8.3 por ciento de ellos concluyeron la preparatoria o el bachillerato y quienes terminaron el nivel profesional representan el 1.7 por ciento.
Para analizar el problema, debe reconocerse, en primer lugar, que el rezago no se distribuye aleatoriamente entre todos los estratos de nuestra sociedad ni es ajeno a la desigualdad de género; sino que afecta en mayor medida a las mujeres y se concentra en las poblaciones más marginadas. Es un problema de naturaleza ética y política que indica que la nación no ha cumplido con el deber de asegurar un nivel mínimo de igualdad de oportunidades educativas a todos sus integrantes.
Su dimensión es geográfica. Así, como los adultos que no han concluido su educación básica se concentran en los estratos sociales más débiles de la sociedad, el desarrollo del sistema escolar también ha sido más lento en las regiones económicamente más atrasadas del país. En efecto, se estima que la demanda potencial de enseñanza secundaria, constituida por adolescentes entre 12 y 14 años, está satisfecha en un 87.4% dentro de las regiones más desarrolladas del país y sólo en un 71.9% en las más atrasadas. Estos datos confirman que México tampoco ha asegurado las mismas oportunidades educativas a los ciudadanos que residen en las diferentes regiones integrantes de su propio territorio.
Desafortunadamente nuestro sistema escolar está atrasado en relación con los de otros países. Entre otras indicadores del rezago educativo, incluyendo los grados escolares que sí fueron cursados por quienes después desertaron, hay que ponderar la distancia existente entre el desarrollo educativo de nuestro país y el de otros de nivel socioeconómico relativamente semejante al de México.
Los resultados de un estudio publicado hace dos años por la UNESCO (Primer Estudio Internacional Comparativo sobre Lenguaje, Matemática y Factores Asociados en Tercero y Cuarto Grado, UNESCO-OREALC, 1998) de los cuales se infiere que nuestro sistema escolar está produciendo resultados insatisfactorios y que, además, funciona en forma ineficiente, ya que el país invierte relativamente más dinero en la educación pero obtiene resultados mediocres: de acuerdo con su Indice de Desarrollo Humano y con su producto interno por habitante (PIB), México ocupa el cuarto lugar entre los 11 países que participaron en ese estudio. Además, de acuerdo con el porcentaje del presupuesto nacional destinado a educación, nuestro país ocupa el primer sitio; sin embargo, ocupó el 9° lugar por los resultados de las pruebas de aprovechamiento aplicadas en el tercer grado de primaria, y el 7° en relación con las pruebas de matemáticas aplicadas en el mismo grado.
Es innegable que el sistema educativo mexicano requiere de un presupuesto robusto para solventar sus carencias actuales. Pero antes de condicionar la obtención de los fondos necesarios a la consecución de una reforma todavía incierta, el calderonismo tendría que empezar por combatir la corrupción y la frivolidad en las dependencias de la administración federal, a fin de liberar recursos para la educación pública.
Otra dimensión significativa del rezago educativo es su relación con la productividad del país y su posibilidad de competir en los mercados internacionales, ya que afecta la preparación para el trabajo que ha alcanzado nuestra población económicamente activa (PEA). Veintiún millones de mexicanos que desarrollan actividades económicas, los cuales representan el 55% de la PEA, no han concluido los 9 grados que integran la educación básica desde 1993, y el 21.5% de dicha población no ha logrado cursar siquiera los cuatro grados de escolaridad que se consideran necesarios para adquirir lo que se conoce como “alfabetización funcional” (datos de la Encuesta Nacional de Educación, Capacitación y Empleo, STPS, 1997).
Según un informe sobre la situación laboral del país presentado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, de los 42 millones de mexicanos que constituyen la población económicamente activa, 19 millones carecen de empleo formal. El mismo documento destaca que el nivel más alto de desocupación en México se ubica entre los jóvenes que se incorporan al mercado laboral. En ese sector, la tasa de desempleo es de 6.3 por ciento, casi el doble de la media nacional. Por otra parte, datos recientes del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática revelan que dos tercios de los desempleados del país son personas con estudios por debajo del bachillerato. A juzgar por tales cifras, es claro que en nuestro país el ciclo educación-empleo está desarticulado y que la formación académica representa cada vez menos una garantía para el desarrollo personal de la juventud mexicana y un medio de acceso a mejores condiciones de vida. Dado el rezago educativo que padece el país con 33 millones de mexicanos que no reciben educación básica–, no resulta extraño que prácticamente la mitad de la población ocupada no encuentre trabajo más que en el sector informal, que el mercado laboral sea incapaz de asimilar a la mayor parte de los jóvenes, y que éstos, al emplearse, deban hacerlo en condiciones de absoluta desprotección y con niveles saláriales exasperantemente bajos.
Desde hace mucho tiempo se ha señalado que para abatir el rezago educativo es necesario instrumentar estrategias encaminadas a alcanzar dos objetivos complementarios entre sí: por un lado, es necesario “cerrar la llave” de la fuente que ha venido alimentando al número de adultos que no terminan su educación básica, por otro “secar el estanque” que se ha formado por la acumulación de los rezagados.
El PAREIB es un programa compensatorio – mismo que se define como un conjunto de acciones organizadas desde un enfoque integral y una temporalidad preestablecida- que se orienta a atacar un problema: el rezago educativo en la educación básica.
Se entiende por rezago educativo todos aquellos niños que en edad escolar no han concluido sus estudios de educación básica debido a problemas de deserción y reprobación. Es un Programa, por tanto, no atiende a todas las escuelas del Sistema Educativo Estatal, sino a las que se enfrentan con un agudo problema de rezago educativo y que se localizan en condiciones de marginalidad. Con el objetivo de Mejorar la calidad de la oferta educativa para coadyuvar a que la población de 0 a 14 años de edad que habitan en zonas de alto reza social y educativo, permanezca y concluya exitosamente la educación básica.
Para alcanzar el objetivo de estas estrategias, es necesario dirigir las acciones a abatir el rezago educativo. Es muy alta la probabilidad de que los estudiantes que abandonan prematuramente la educación básica sean quienes incurrieron en situaciones de atraso escolar (reflejadas en bajos niveles de aprovechamiento y en problemas de extraedad). Si bien es cierto que estas situaciones están causalmente relacionadas con diversos factores sociales, culturales y económicos, tales como los costos de oportunidad de la escolaridad y las deficiencias educativas de las familias pobres, también dependen de la calidad de la educación que se ofrece. Por tal razón, el rezago no puede ser evitado mediante la aplicación de políticas de carácter general, sino que exige instrumentar un conjunto de políticas y de programas enfocados precisamente al mejoramiento de la calidad de la educación que se imparte, especialmente en las escuelas de las localidades rurales y en las zonas urbanas marginadas del país.
El rezago educativo es algo que no se puede eliminar de la noche a las mañana y por eso que debe de poner gran énfasis en darle solución a esta problemática, pero la situación que vivimos en México desafortunadamente no es muy favorable para la erradicar este problema .
Bibliografía:
http://www.unescomexico.org/educacion/rezago_educativo.htm
http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=154549
http://portaleducativo.jalisco.gob.mx/N_Estructura_educativa/prog_compensatorios/PAREIB/pareib.html
http://www.observatorio.org/comunicados/comun044.html
http://www.eluniversal.com.mx/nacion/153848.html
Diccionario ciencias de la educación
1983 Madrid España.
sábado, 5 de julio de 2008
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1 comentario:
este es mi trabajo es muy similar al tuyo ojala lo leas bye.cuidate.
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